Lei non conta,
invecce...si.
Ella si que cuenta, cuenta los dias cuando se aflojan,
o los àrboles que pasan por la ventana en los ratos de viento.
Cuenta cada transformaciòn
que es, invariablente,
retorcerse los peces de colores en dolor de estòmago,
y otra vez en peces colores.
Cuenta cada golpe del segundero,
cada aviòn que parte,
cada parte se pierde
y una que se queda.